martes, 11 de septiembre de 2012

Rocco Siffredi, el ‘semental italiano’

Ha protagonizado más de 1.300 películas durante veinticinco años.

A los 16 años, un desconocido Rocco Tano ganó un concurso de masturbación. En un lapso de seis horas, el joven Tano obtuvo nada más y nada menos que 11 eyaculaciones. Este singular hecho le hizo pensar que, quizás, era un superdotado del sexo.

No se equivocaba el tal Rocco, pues en poco tiempo se convertiría en el internacionalmente conocido Rocco Siffredi, también llamado ‘el semental italiano’.

Los 24 centímetros de su pene le valieron la gloria con tan solo veinte años de edad. Desde entonces hasta ahora, Siffredi ha participado en más de 1.300 películas porno y ganado más de 40 premios. Una industria, la del pornografía, que le ha dado grandes satisfacciones y que abandonó como actor en 2007. No obstante, sigue colaborando estrechamente como productor y director.

Rocco Siffredi afirma que la actividad que ha desarrollado durante cerca de 25 años no es realmente una profesión. Nadie en su sano juicio podría pasarse ocho horas al día haciendo el amor… Afirmaciones que no hacen sino aumentar el mito y evidenciar, al mismo tiempo, la gran ‘vocación’ que motivaba al actor. En 2006 llegó el turno de las memorias de este emperador romano del sexo: Yo Rocco. En ellas nos narraba su infancia, sus primeras experiencias sexuales y sus inicios en el porno.
Hasta el día de hoy, en el que se ha convertido en empresario y padre de familia. Y es que Siffredi tiene la suerte de haber conocido a tres generaciones de profesionales del porno, coincidiendo con tres grandes épocas. La primera, la de los ochenta.

Una era de experimentación e ingenuidad donde el público (muy limitado) se conformaba con poco y en la que la incipiente industria actuaba en los márgenes de la sociedad. Pero llegaron los años noventa, y con ellos la libertad, el crecimiento del negocio y el interés de los medios de comunicación.

Hoy en día, y siempre según Rocco Siffredi, el porno es más extreno, más competitivo y más artificial. Lo dice un hombre que afirma no haber utilizado nunca Viagra ni vasodilatadores.

Un profesional del sexo que se atrevió a mostrar su pene erecto en la Convención Anual de Pornografía, en Oslo, ante más de 38.000 personas, con tal de acallar los rumores que le acusaban de trucar sus películas para alargar el tamaño de su miembro.

El mito consiguió ser uno de los personajes más decisivos y populares de una industria muy limitada, convirtiendo su nombre en su propia marca, reclamo y garantía de éxito. Así lo evidencian los títulos de algunas de sus películas: Rocco vampiro (1994); Jenna loves Rocco (1996); Rocco, el maestro que las vuelve locas (2000); Rocco las deja mudas (2000)… Un sinfín de pelis porno que cruzan tres décadas, desde finales de los ochenta hasta entrado el año 2000.


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