Ser adicto al sexo genera un comportamiento irrefrenable, repetitivo, con culpa que finalmente genera un vacio luego de que ha conseguido bajar la tensión sexual.
Las edades en las que se suele tener este gusto por el sexo van de los 20 a los 45 años, que es un rango de edades en los que se viven constantes cambios y se genera mayor energía física y mental.
Una de las causas que genera la adicción es el desorden en los neurotransmisores (aumento de la dopamina, la hormona que participa en experiencias naturalmente recompensantes como la alimentación y el sexo) según una investigación.
La adicción al sexo debe tratarse como una enfermedad, y por ende se debe consultar a un especialista. El no poder controlar las fantasías ni deseos sexuales pone en riesgo a la pareja sexual, además de exponer al adicto a contraer una Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS).
La adicción al sexo puede ser provocada por la dependencia, el alcoholismo, drogadicción, etc. Se puede tratar con un psicoterapeuta o un terapeuta sexual, el cual indicará cómo proceder e incluso medicarlo.
La hipersexualidad (ninfomanía y satiriasis) estan dentro de la Clasificación Internacional de Enfermedades como una enfermedad psiquiátrica.
Algunas Claves:
- Si el individuo en cuestión no puede controlar sus impulsos sexuales.
- Impulsos o pensamientos sexuales perseverantes
- Si el individuo no siente reparo en tener sexo con cualquier persona, sin importarle su edad, conocimiento, estado de salud, moralidad, etc.
- Necesidad imperiosa e irrefrenable de algún tipo de contacto sexual
- Sentimientos de culpa posterior
- Si las actividades normales del individuo (trabajo, familia, relaciones sociales, etc) se ven mellados y no puede continuar con el libre desempeño de su vida.
- Gastos desmedidos por Compra de material pornográfico
- Si el individuo sufre de ataques continuos de síndrome de abstinencia al no tener sexo.
Esta y más claves pueden hacer la diferencia.
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