lunes, 13 de agosto de 2012

¿Mito o realidad? Los afrodisíacos

La palabra "afrodisíaco" proviene del nombre de la diosa griega Afrodita, deidad del amor y la lujuria.

Ciertos alimentos tienen fama de aumentar el deseo y la experiencia sexual. Ostras, canela, espárragos o plátanos son varias de las comidas con tales propiedades. Descubrimos la verdad tras la leyenda.

Comer es un placer, reza el dicho. Y en ocasiones, el placer se extiende más allá de las papilas gustativas.
Hay ciertos alimentos que no se comen, se gozan. Unas fresas bañadas en chocolate o un suculento plato de ostras despiertan los sentidos y convierten cualquier cena en un banquete de emociones. Emociones que luego, quizá, tengan réplica en la alcoba.

Existe un grupo de alimentos a los que se atribuyen ciertas propiedades sensuales, que se traducen en un aumento de la libido y un mayor goce del acto de hacer el amor. Son las denominadas "comidas afrodisíacas". Mariscos, frutos secos y chocolate son algunas de estas comidas de las que se dice que quitan el hambre pero despiertan otro tipo de apetito.

Chefs de todo el mundo insisten en que ciertos platos pueden resultar muy estimulantes, como los que se consumen con los dedos, como las frutas. También se mencionan de forma particular los aromas, que resultan muy evocadores.

"El marisco, por ejemplo, que recuerda a los sudores femeninos", insiste el chef Carlos Di Césare. De ahí que el cebiche se considere el plato afrodisíaco por excelencia en el Perú. Otros manjares mencionados a menudo son la miel, la palta, los espárragos o las bananas.

Sin embargo, a pesar de la gran fama que rodea a estos alimentos, no hay ninguna evidencia científica sobre sus efectos en el sistema nervioso ni la producción hormonal responsable del deseo. Sexólogos y psicólogos coinciden en que los supuestos efectos sensuales son provocados por una sugestión del individuo. Puro estado mental.

Como apuntó el psicólogo Juan Carlos Kusnetzoff, no hay ninguna sustancia química en estos alimentos que provoque cambios en el organismo. "No existe una base farmacológica real", enfatizó.

La sexóloga Romina Vacarella, por otro lado, sostuvo que algunas comidas provocan una reacción emocional más que química. El placer que se siente al ingerir ciertos vinos, carnes o vegetales puede ser interpretado por el cuerpo de diversas maneras.

"El cerebro interpreta la información de formas distintas", puntualizó Vacarella. "Algunas personas pueden aprovechar estas sensaciones como un estímulo con su pareja. Así, cualquier alimento sería un afrodisíaco".

No está claro cuánto de cierto hay en que estos alimentos despierten el fuego en quien los ingiere, pero no se puede negar que un ambiente propicio –una luz suave, una música de fondo agradable, la compañía adecuada– ayuda a provocarlo. Una prueba más de que el mejor estimulante sexual es la mente.

CLAVES

-Se sabe de la existencia de afrodisíacos desde la antigüedad. Civilizaciones como la hindú o la china ya los mencionaban en sus textos tradicionales.

-La palabra "afrodisíaco" proviene del nombre de la diosa griega Afrodita, deidad del amor y la lujuria.

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