Cuando pensamos en llevar a cabo algún juego de tipo sexual con nuestra pareja siempre nos vienen a la mente ideas sofisticadas en las que aparecen artilugios como consoladores o todo tipo de elementos eróticos.
Muy pocas veces pensamos en que algo tan sencillo como la comida puede dar mucho de sí a la hora de divertirnos en la cama con alguien. Tan solo tenemos que mezclar las sensaciones que nos proporciona el paladear un alimento con la sensualidad de cómo lo hacemos y el ambiente del momento. En el fondo, todo consiste en saber disfrutar de nuestro erotismo.
Vamos a demostrarte lo que te estamos diciendo con un par de interesantes ejemplos de juegos con comida:
¿Sabes que comer un yogurt puede convertirse en una experiencia única por su sensualidad?
Eso sí: debes tomártelo sin cucharita.
Prueba a ponerte frente a tu pareja y destapar muy lentamente el envase del yogurt, mientras les comentas que no tienes cuchara y tendrás que comértelo con su ayuda.
Desnúdale a continuación y haz que se tienda en un sitio cómodo. Ya puedes usar su cuerpo como receptor de pequeñas cantidades de yogurt que irás situando encima suyo con la boca para después irlo comiendo. Naturalmente la gracia está en que le sitúes el alimento en sitios estratégicos de su cuerpo, es decir, sobretodo sus zonas erógenas.
Si prefieres la fruta puedes optar por el siguiente juego: prepara una bandeja con unas cuantas y sirve también un delicioso vino muy frío. Daros las frutas de comer uno al otro en turnos, vertiendo tanto los alimentos como el vino encima del cuerpo de tu pareja.
¡Prueba a chuparlo con largos y sensuales lametones!
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